Una lámina (en riego) es el espesor de una capa de agua de cierto volumen que cubre una determinada superficie de tierra durante un periodo de riego. Dicha lámina se calcula generalmente en el mundo agrícola en milímetros (mm) y equivale al volumen de un litro de agua distribuido en una superficie de un metro cuadrado.
Todos los cultivos agrícolas tienen requerimientos hídricos basados en su eco-fisiología, esto quiere decir que dependiendo de la especie, cultivar, híbrido o variedad que esté bajo producción intensiva o extensiva, la cantidad de agua que requerirá para su crecimiento y desarrollo, dependerá de su fisiología y del ambiente circundante.
Por ello, para un riego agrícola sostenible y rentable es preciso conocer el requerimiento hídrico de cada cultivo y cómo distribuir el agua de manera eficiente para llegar al suelo y no perderla por escurrimiento ni que resulte insuficiente para las plantas debido a la evaporación o a las altas temperaturas ambientales.
Se suelen diferenciar conceptualmente 4 caracterizaciones de láminas de riego:
La infiltración se define como el proceso de movimiento de agua en el suelo que ocurre después de una aplicación de riego o lluvia, donde se produce una entrada vertical desde la superficie a la matriz del mismo. Es una propiedad que puede ser medida.
Factores que afectan la infiltración:
Por otro lado, la velocidad de infiltración caracteriza el ritmo de ingreso de una determinada cantidad de agua. Capacidad de infiltración, es la tasa máxima de infiltración para diferentes condiciones del suelo. La velocidad de infiltración permite ajustar el tiempo de riego.
Lámina de agua ingresada en la unidad de tiempo, o lo que es lo mismo el “volumen de agua que se mueve hacia el interior del suelo por unidad de área y por unidad de tiempo”
Al principio la velocidad de infiltración es elevada y luego declina hasta que se hace constante más o menos a los 120 minutos. Cuando la velocidad se hace constante, su valor se denomina velocidad infiltración básica.
La infiltración básica (Ib) es importante para proyectar riesgos. Es el valor al que tiende la velocidad de infiltración para un tiempo extenso. Luego de un riego prolongado, cuando el perfil del suelo está llegando a saturación, puede decirse que se alcanza la Ib. El tiempo necesario para llegar a esta condición dependerá de la profundidad a que se encuentra la zona de saturación, ya que en todo suelo la capa de menor permeabilidad funcionará como un "impermeable relativo".
A medida que pasa el tiempo comienza a acumularse el agua en el suelo y también se describe el proceso como infiltración acumulada.
Velocidad de infiltración instantánea: corresponde a los centímetros de agua infiltrada por minuto (centímetro /hora) y se calcula dividiendo los centímetros infiltrados por el intervalo durante el cual esta infiltración se produce.